Cómo establecer un negocio de franquicia
Cuando chocan las copas de champán y estallan los fuegos artificiales incandescentes con el cambio de año, muchas personas hacen propósitos y se fijan objetivos para revitalizar o mejorar sus vidas. Desde perder peso hasta saltar en paracaídas desde un avión, estos propósitos pueden ser de muy diversa índole, pero uno de los objetivos más comunes es crear un negocio.
Sin embargo, muchos se encuentran con que se tambalean ante la aparente enormidad de la tarea que tienen entre manos, y pronto se ven disuadidos por el nivel de planificación, las implicaciones financieras y las preocupaciones sobre el potencial de prosperidad del posible negocio. La inversión en un negocio de franquicia puede eliminar estas preocupaciones, concediendo al inversor la libertad de ser su propio jefe, al tiempo que conserva todas las ventajas y beneficios que conlleva la gestión de su propio negocio.
Este año es, sin duda, el adecuado para poner por fin en marcha esas ambiciones olvidadas e invertir en una franquicia, y he aquí por qué:
Muchas personas, al considerar sus elevadas ambiciones de fundar una empresa, vuelven rápidamente a la tierra con un golpe cuando sus sueños se convierten en temores de pesadilla de un fracaso potencialmente costoso. Entonces se dirigen a sus trabajos actuales con un sentido de autocompromiso a regañadientes, optando por rehuir sus aspiraciones más arraigadas en favor de perseverar con una carrera «más segura», aunque mucho menos satisfactoria. Sin embargo, el miedo al fracaso puede eludirse invirtiendo en un negocio de franquicia que ya ha demostrado ser viable y exitoso; los inversores pueden sentirse seguros de que su franquicia recibirá el considerable respaldo de un negocio próspero, con una reputación admirable. Este es un factor que disminuirá sustancialmente las posibilidades de fracaso.
Los propietarios de negocios en ciernes necesitan, por supuesto, una ayuda considerable cuando se embarcan en la dura tarea de establecer un nuevo negocio, ya que a menudo carecen de experiencia suficiente en muchos aspectos de la industria. Al entrar en un negocio de franquicia, los inversores se encontrarán con un amplio banco de experiencia y conocimientos necesarios para cultivar una franquicia, a través de una completa estructura de apoyo. Los nuevos franquiciados reciben orientación en todas las facetas del negocio, incluidas las ventas, la publicidad, el marketing y mucho más. Un inversor vinculado a una empresa de franquicias recibirá todo el apoyo de la empresa cuando intente expandir una franquicia, lo que reduce las posibilidades de cometer errores, ya que el inversor siempre estará guiado y apoyado por una empresa de franquicias con experiencia.
La compra de una franquicia es también un esfuerzo financiero mucho menor que la fundación de un nuevo negocio desde cero. El principal coste de iniciar una franquicia es el canon que se paga por ella, que es variable y depende tanto de la escala de la franquicia como de su ubicación. El pago de este canon garantiza al inversor todo lo que pueda necesitar para establecer su franquicia, como una página web si está basada en Internet, o una tienda, un restaurante o incluso unas oficinas. El acceso a la amplia base de apoyo de la empresa de franquicia, antes mencionada, es otra ventaja muy útil.
En un clima económico tan tórrido, la perspectiva de crear una franquicia es sin duda una oportunidad prometedora para fundar un nuevo negocio. Mientras que las empresas de nueva creación luchan por conseguir los exorbitantes fondos necesarios para sufragar unos gastos generales abrumadores, y los bancos se muestran reacios a conceder préstamos a nuevas empresas de riesgo, el franquiciado sólo tiene que pagar el canon de franquicia y obtendrá inmediatamente las ventajas y el apoyo de la empresa franquiciadora. Este año es, sin duda, el año para realizar los sueños empresariales y unirse a un floreciente negocio de franquicia.